BRUNCH DE PRIMAVERA

que genio, me encanta la fotografía que acompaña esta receta

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1) Pelar y rallar dos papas medianas. Sumergirlas en agua para sacarles el almidón.
2) Colar las papas y agregar sal, pimienta, una clara y media cucharada de almidón de maíz.
3) Calentar una sartén con una buena cantidad de manteca y aceite de oliva.
4) Tomar con la mano un puñado de la mezcla de papas, aplastarlo sacando el exceso de líquido y acomodar sobre la materia grasa caliente.
5) Cocinar a fuego medio por 5 a 7 minutos de cada lado, hasta que estén bien doraditas.
6) Lavar los espárragos y cortar las puntas. Hervir en agua con sal por 5 minutos.
7) Para hacer unos huevos poché (apócrifos), hay que enfilmar dos tacitas. Aceitar todo el film con las yemas de los dedos y romper un huevo en cada una. Cerrar el film con un nudo, tratando de sacar todo el aire y cocinarlo en agua casi…

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La crisis ,La necesidad y La vigencia

La crisis actual tiene que ver mucho con esta necesidad de  “habitar”  (una lugar un territorio, una ciudad, un barrio)  [1] Habitar es la huella de la vida. Habitar es dejar huella. Hay dos textos de Ivan Illich que tratan específicamente de la cuestión de habitar: La reivindicación de la casa (Illich, 1985) y El mensaje de la choza de Gandhi (Illich, 1978). En este último se lee lo siguiente:

«Las bestias tienen madrigueras; el ganado, establos; los carros se guardan en cobertizos y para los coches hay cocheras. Sólo los hombres pueden habitar. Habitar es un arte. Únicamente los seres humanos aprenden a habitar.»

Por ello nos podemos dejar de pensar en el urgente papel del arquitecto frente  al  creciente deterioro del tejido social y la calidad de vida  de hoy en día la población se ve sumergida en un deterioro constante del bienestar.

La necesidad de  trabajar para poder vivir, tener educación y tener un techo donde vivir, nos dirige a una realidad donde   “habitamos sin pensar” en las posibles consecuencias que nos afectaran a largo plazo.

Un hábitat comunal. Pero el arte de habitar no sólo crea espacios interiores. También fue siempre y en todas partes habitable el espacio situado más allá de nuestros umbrales. [2] «Aún hoy, en los países cálidos, la mayoría de la gente se pasa una buena parte de su vida en la calle. Este espacio habitable fuera del propio hogar son las zonas comunales, lugares que sirven a muchos grupos y a cuyo uso de todos tenemos derecho, aunque sólo en la forma comúnmente reconocida por la comunidad. Por ejemplo  el turco residente en Berlín sigue practicando su costumbre de sentarse en una silla en la calle a charlar, apostar, discutir o hacerse servir un café. Muy lentamente caerá en la cuenta de que en nuestros países desarrollados el progreso ha convertido las calles en carreteras y el tráfico rodado amenaza a puestos callejeros y bancos, al comercio, al chismorreo, al juego y al trabajo. Hasta ahora, el progreso económico ha supuesto siempre y en todas partes la ruina de las zonas comunales y la reclusión de las personas en jaulas de cemento. Así, poco a poco, el mundo se ha vuelto inhabitable»

«Así, poco a poco, el mundo se ha vuelto inhabitable. En las ciudades modernas, y de forma paradójica, con el crecimiento de la población crece también la in-habitabilidad del medio ambiente.»

Asumiendo un poco que el mundo es el acto de  habitar dependiendo de otros, entonces ahí va la dependencia personal que tenemos cada uno de nosotros , viviendo y relacionándonos de modos totalmente diferentes.  En este caso, «la libertad interior le da vida a la libertad externa, haciéndola posible y dándola sentido» otras de las preocupaciones de Ivan Illich.

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Mercado Antiquilla- Arequipa / Fotografia : Rosario Nuñez Deza

Si asumimos la postura de este gran escritor , podríamos dar el rol especifico  de cada cosa respetar los ciclos , el tiempo , la proporcionalidad  frente  a la desmesura y el despilfarro ,  poner un poco en practica  su filosofía , que tan bien nos viene cuestionar las diferentes posturas y escritos de otros para poder diversificar una realidad que ni se inmuta ante tremenda crisis, apoyándonos en proyectos que enmarquen un quiebre un antes y un después , investigar  sobre todo y haciendo catarsis de lo que estamos haciendo por cuenta propia.

[1] Illich, Ivan  (1978)   «El mensaje de la choza de Gandhi»,   Ixtus, Espíritu y cultura (Ivan Illich: La arqueología de las costumbres), Nº 28 año VII, Cuernavaca, México

[2] Illich, Ivan  (1985)   La reivindicación de la casa,   Alternativas II, ed. Joaquín Mortiz/Planeta, 1989, México

Iván Illich (Viena, 1926 – Bremen, 2002) es filósofo e historiador de origen austriaco. Autor, entre otros libros, Herramientas de La convivencialidad(1973), Energía y transporte, Némesis médica y La sociedad desescolarizada,  La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada (1968), Una sociedad sin escuela(1971)